Cien mil familias no pagan sus hipotecas

La situación se agrava, según señala Luís de Guindos, integrante del equipo de Economía en el gobierno de José María Aznar, si se tiene en cuenta que el factor mas importante de esta crisis es el enorme endeudamiento de las familias. "Mientras dure este endeudamiento, -dice este experto-, no seremos capaces de remontar la crisis".

   El problema es que una entidad financiera está dispuesta a renegociar lo que haga falta con tal de no tenerse que quedar con la casa. La ley española hace que el impago de la deuda hipotecaria no quede saldado con la entrega del bien hipotecado, sobre todo si la vivienda vale menos que la deuda contraída, extremo que está sucediendo en muchos casos-,  sino que el prestatario es responsable con el resto de su patrimonio hasta la devolución total del importe adeudado. Como da la casualidad de que muchos de los afectados por el impago se encuentran en situación de desempleo,  las situaciones de insolvencia se multiplican por lo que la entidad financiera no recupera, jamás, la cuantía desembolsada.

    Pero precisamente esa situación es insolvencia es lo que angustia a los gestores de las entidades. La mayoría de los morosos hipotecarios son insolventes totales. Sólo cobran la prestación por desempleo en el mejor de los casos que apenas llegan a los mil euros mensuales. Las casas las compraron entre 2003 y 2006 cuando los tipos estaban más bajos por lo que las cuotas se pagaban con comodidad en caso de trabajadores activos. Ahora, no llegan ni siquiera a la tercera parte. Y, aparte hay que comer y vestir a la familia. Imposible cualquier arreglo. En este supuesto no se puede aplicar ni siquiera la tan traída y llevada "creatividad contable".

Extranjeros

   Y por último, está la raíz del moroso. El Banco de España ya llamó la atención en su día, de que la banca estaba prestando demasiado dinero a inmigrantes y residentes europeos jubilados. Ambos colectivos, a la vista del desastre económico, han decidido retornar a sus lugares de origen. Las cosas hipotecadas, han sido abandonadas.

   Y por último, tal vez lo peor, es que los expertos coinciden en que la cosa no quedará aquí. Se calcula que se puede llegar a alcanzar un índice de morosidad del 6 al 7% del que el 4-5% correspondería a los préstamos hipotecarios. Una situación de ruina para la banca. Ruina segura.

   De los 11.003 millones de créditos dudosos, las dos terceras partes corresponden a las cajas de ahorro, 7.267 millones, y únicamente 2.882 millones a los bancos. El resto corresponde a cooperativas de crédito.